Después de una rinoplastia, ¿quedan cicatrices en la nariz?

La palabra “cirugía” describe aquellos procedimientos quirúrgicos que implican realizar incisiones o suturar tejidos para tratar enfermedades, lesiones o deformidades. Toda incisión conlleva una herida y toda herida tiene como resultado una cicatriz. La rinoplastia o cirugía de la nariz no es una excepción.

Una de las grandes preocupaciones de los pacientes que se someten a una rinoplastia es si, tras la operación, quedará alguna cicatriz visible. La respuesta es que habrá cicatrices en la nariz pero quedarán o bien ocultas o bien serán imperceptibles. 

En una rinoplastia se trabaja la estructura de la nariz, se modela, recoloca, reduce o aumenta cartílagos y huesos nasales para conseguir la nariz deseada. La piel, después de la intervención, es el envoltorio que tendrá que adaptarse al “nuevo esqueleto” resultado de la operación. Para ello, es necesario hacer cortes y, por tanto, que haya cicatrices. 

¿Qué es una cicatriz? La piel es la envoltura protectora del cuerpo humano, la primera línea de defensa contra las invasiones peligrosas y hostiles. Cuando se hace una incisión, el cuerpo crea de forma natural tejido cicatricial para curar las heridas. La cicatriz es un tejido fibroso de colágeno que reemplaza la piel lesionada. 

Evidentemente, un aspecto importante a tener en cuenta respecto a la cicatrización es el grado de profesionalidad del cirujano responsable del procedimiento. Para obtener buenos resultados es imprescindible ponerse en manos de profesionales con años de experiencia y prestigio en la especialidad. En Smart Clinic los tenemos.

Cicatrices en la nariz y tipos de rinoplastia

Comparativa del antes y después de una rinoplastia en la que no se aprecian cicatrices en la nariz.

Como hemos explicado en anteriores artículos de nuestro blog, existen dos tipos de abordaje en la rinoplastia. Es decir, el cirujano puede acceder a la estructura de la nariz a través de dos técnicas diferentes. Estamos hablando de la rinoplastia cerrada y abierta.  

La rinoplastia cerrada es una técnica quirúrgica para operar la nariz que no requiere incisiones exteriores y, por tanto, en la que no hay cicatrices visibles. ¿Por qué? Porque se accede al interior de la nariz a través de los orificios nasales.

En cambio, en la rinoplastia abierta, el cirujano hace unas pequeñas incisiones, a través de la columela (el tejido que está ubicado entre los dos orificios nasales en la base de la nariz), dentro de cada orificio nasal. A diferencia del abordaje cerrado, estas incisiones son las que permiten al profesional desprender la piel del hueso y del cartílago y tener una perspectiva amplia de la estructura de la nariz. 

Optar por una técnica u otra es decisión del cirujano y dependerá de la intervención que se deba realizar. Hay que ser consciente que con la rinoplastia cerrada el ángulo de maniobra es bastante limitado. La rinoplastia abierta es habitual en casos complejos como narices torcidas o desviadas, puntas nasales caídas o largas o problemas respiratorios. Las cicatrices nunca serán el criterio para escoger una técnica u otra ya que, en el abordaje abierto, las cicatrices en la nariz serán prácticamente imperceptibles.

Posibles problemas de cicatrización en la rinoplastia

Como en cualquier intervención quirúrgica, hay procesos de cicatrización que pueden llegar a durar más de un año. En pieles normales, el proceso se divide en tres fases: la inmediata, la intermedia y la tardía.

La fase inmediata de cicatrización suele durar, aproximadamente, un mes y se caracteriza por la presencia de inflamación. La fase intermedia suele durar unos 6 meses y es el periodo en el que se produce el 60-80% de la desinflamación. Y, finalmente, la fase tardía (entre los 6 y 18 meses) en la que se termina de desinflamar la nariz y las cicatrices terminan su proceso de maduración y pierden volumen.

Una mujer sostiene un espejo en el que se ve el antes de la rinoplastia a la que se ha sometido y no se aprecian cicatrices en la nariz.

Pero a veces las cosas se complican y el proceso de curación supone un “esfuerzo mayor” para el tejido dañado y se deposita más cantidad o tejido cicatricial de peor calidad. Cuando esto ocurre hablamos de fibrosis. Este fenómeno suele darse en pacientes de piel gruesa o en personas que tienen tendencia a cicatrizar de forma inadecuada.

También se puede producir fibrosis en pacientes fumadores. Como solemos advertir en los artículos del blog es fundamental dejar de fumar antes de una operación porque puede afectar al proceso de cicatrización

Por otro lado, la fibrosis también puede ser la manera de nuestro organismo para rellenar vacíos bajo la piel o de compactar una inflamación excesiva que está durando demasiado tiempo. Por ejemplo, si la piel de la nariz no se acopla adecuadamente al cartílago después de una rinoplastia, el hueco que queda se rellenará de fibrosis. 

¿En qué perjudica la fibrosis? Esta mayor acumulación de tejido cicatricial engordará la piel y hará que se pierdan los detalles estéticos que se habían planteado en la intervención. Pero no es un proceso que se haga de la noche al día, suele producirse lentamente durante meses. Por eso, es importante cumplir con el seguimiento y las revisiones y, de esta forma, será posible tomar medidas para evitar su aparición.

 

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