Los signos más visibles del envejecimiento o el paso de los años son las canas y la piel envejecida. Se trata de un proceso natural y progresivo que afecta a todos los tejidos y que es diferente en cada persona.
Podemos decir que hablamos de piel envejecida cuando ésta reúne distintos signos del envejecimiento, como son las arrugas y líneas de expresión, la pérdida de elasticidad y firmeza, la aparición de manchas, la sequedad y tirantez, la falta de luminosidad o el aumento de la fragilidad de los vasos sanguíneos, lo que produce equimosis -sangrados bajo la piel-.
¿Por qué aparecen los signos de piel envejecida?
Los cambios en la piel están relacionados con el paso del tiempo, pero también con factores ambientales y genéticos, además de aspectos como la nutrición y, sobre todo, la exposición al sol (fotoenvejecimiento).
¿Cuáles son las características de una piel envejecida?
- Piel más fina
- Aspecto pálido
- Piel deshidratada
La piel envejecida se vuelve más fina, con un aspecto más pálido y aumenta su deshidratación. A causa de este adelgazamiento, la dermis pierde su capacidad protectora y de aislamiento y aumenta el riesgo de que se produzcan lesiones cutáneas.
En las últimas décadas ha habido una mayor búsqueda de productos y técnicas para ralentizar y revertir los efectos del envejecimiento. No obstante, ¿Cómo recuperar una piel envejecida?
La mejor manera de retrasar la aparición de los síntomas de una piel envejecida es la prevención, puesto que es en lo único en que podemos actuar de forma responsable.
Cómo prevenir los síntomas de una piel envejecida
La mejor manera de prevenir el envejecimiento de nuestra piel es protegerla de los rayos ultravioletas con un buen protector solar de amplio espectro. La mayor parte de los daños por la exposición al sol son acumulativos, por lo que es crucial protegerse en todo momento.
No fumes
Fumar destruye el colágeno de la piel, uno de los principales responsables de la elasticidad cutánea. Sigue una dieta saludable y equilibrada en la que abunden las verduras y las frutas, grandes proveedoras de vitaminas para la piel.
Hidrátate
Bebe como mínimo 2 litros de agua al día ya que la hidratación es fundamental. Recuerda que es esencial mantener nuestra piel limpia y perfectamente hidratada. Si la piel está seca es recomendable usar un humidificador en casa, bañarse con menos frecuencia con jabón y usar lociones humectantes, cremas hidratantes antiedad o boosters para combatir la flacidez formulados con ultraconcentrados de ácido hialurónico y fermentos prebióticos.
Mantén una rutina de higiene facial
La contaminación (por el humo, los radicales libres y los cambios climáticos) acelera el proceso natural del envejecimiento; puede causar la deshidratación, las arrugas, la falta de brillo y/o una excesiva sensibilidad de la piel, entre otros efectos. La mejor forma de protegerse de la contaminación es con una buena higiene facial diariapara eliminar los residuos y realizar una exfoliación del rostro y del cuello dos veces a la semana para eliminar las impurezas.
Cuidados y tratamientos para evitar la piel envejecida
Como ya hemos dicho, para retrasar el avance de las señales de la edad en las pieles maduras es fundamental hidratar y limpiar bien la piel, como mínimo dos veces al día. Es recomendable desmaquillarse y aplicar lociones, cremas y tónicos con activos antienvejecimiento que mantengan la piel fresca.
Además, hay que prestar una especial atención al cuidado de los ojos, cuello y labios, ya que son las zonas más propensas a que aparezcan arrugas, manchas y otros signos del paso de los años.
Tratamientos vitamínicos
Una buena opción para tratar la piel envejecida pueden ser los tratamientos que usan retinoides -relacionados con la vitamina A y muy beneficiosos para la piel-, vitamina C y alfahidroxiácidos -unas moléculas hidrosolubles que ayudan a exfoliar la piel y eliminar las células muertas-.
Las cremas más eficaces
Las cremas con retinol suelen ser eficaces para combatir las arrugas, así como las peptídicas que estimulan la producción de colágeno. Los péptidos son unas moléculas formadas por la unión de aminoácidos que son los componentes básicos de proteínas como el colágeno, la elastina y la queratina, unos elementos esenciales para mantener la elasticidad, el tono, y la firmeza y textura de la piel.
La microdermoabrasión
Otro tratamiento médico para la piel envejecida es la microdermoabrasión. Esta técnica consiste en eliminar las células de la capa superior de la piel para estimular el crecimiento de piel nueva. No suele ser doloroso y no requiere anestesia ni tiempo de recuperación.
El peeling
Otra práctica para eliminarlas capas externas de la piel para que salga una piel nueva es el peeling o exfoliación química. Es una buena opción para tratar cicatrices leves de acné, las manchas de la edad, decoloración de la piel o las arrugas alrededor de los ojos o de la boca.
El ácido hialurónico
Los rellenos dérmicos con ácido hialurónico -un azúcar natural que perdemos al envejecer- pueden solucionar las líneas y arrugas y añadir volumen a la piel. También pueden atenuar las arrugas o líneas de expresión las inyecciones de toxina botulínica (botox), al paralizar los pequeños músculos faciales.
Cirugía estética para recuperar la piel envejecida
Sin embargo, los efectos más duraderos y permanentes frente a la piel envejecida los encontramos en la cirugía estética. Entre los diferentes procedimientos para rejuvenecer nuestra dermis y nuestro rostro podemos destacar la blefaroplastia -cirugía de los párpados-, la bichectomía -para eliminar las bolsas malares-, la ritidoplastia frontal o elevación de cejas, el lifting facial o la mentoplastia -cirugía de mentón-.
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