¿Estás pensando en hacerte un injerto capilar? ¿Te preocupa tu estética y tienes miedo de que te queden cicatrices tras un injerto capilar y de que sean visibles? La experiencia del equipo quirúrgico es importante a la hora de obtener los mejores resultados pero, en este caso, tener más o menos marcas también dependerá de la técnica capilar que se utilice para combatir la alopecia.
Los cirujanos capilares suelen utilizar dos tipos de técnicas diferentes para extraer e implantar los folículos. Por un lado, está el método FUE (Folicular Unit Extraction) cuya principal ventaja es que no deja cicatrices tras el injerto capilar. ¿Por qué? Para extraer las unidades foliculares, se practican incisiones muy pequeñas (no se utiliza un un bisturí habitual, sino un instrumento quirúrgico de unos 0,8 mm de diámetro) que no precisan sutura y que son prácticamente imperceptibles al ojo humano.
Las marcas que quedan de la técnica FUE son unos puntos milimétricos blanquecinos de menos de 0,5 mm en las zonas de las que se ha extraído el folículo capilar. Para que te hagas a la idea de lo insignificantes que son estas cicatrices, las agujas que se introducen en el cuero cabelludo tienen un diámetro de entre 0,8 a 0,9 mm.
Por otro lado, está el método FUSS (Follicular Unit Strip Surgery) o «técnica de la tira», que consiste en un corte longitudinal en la piel que se practica con el bisturí para extraer una fina tira de piel (de entre 15 y 35 cm) con folículos pilosos. De esta tira se extraen las unidades foliculares que luego se injertan en la zona que las necesita (o área receptora).
La herida provocada por la extracción de la tira de piel requiere puntos de sutura o grapas, que se suelen retirar 10 días después de la intervención. Ya sabemos por anteriores artículos que si hay herida después del injerto, hay cicatriz, pero es tan pequeña que no se percibe a simple vista y además queda oculta debajo del cabello. Eso sí, con la técnica FUSS no podrás llevar el pelo muy, muy corto.
Los días después: aparición de las cicatrices tras un injerto capilar
Como ya os hemos avanzado, la experiencia del equipo quirúrgico será un factor determinante para que la piel sane correctamente tras el injerto capilar y obtengamos una buena cicatrización. Lo que el paciente siempre busca y quiere son unos buenos resultados con un aspecto natural.
Aunque se haya optado por el método FUSS, hoy en día la tecnología de los instrumentos y la profesionalidad del equipo médico permiten que la repoblación de la zona de la cabeza en la que se ha hecho la intervención sea indetectable. Con las actuales técnicas de sutura, la cicatriz es mínima y con el paso del tiempo se vuelve prácticamente invisible. En Smart Clinic, además, hacemos los trasplantes de pelo con sedación porque favorece el control absoluto del estrés y la mejora del estado inflamatorio en general. Pacientes más tranquilos = menos estrés = menor inflamación.
Durante las primeras horas tras el injerto, cada uno de los implantes se convertirá en una pequeña herida. En la zona de la incisión aparecerá una costra mínima que, al pasar los días, se irá secando y oscureciendo hasta que, finalmente, se caerá.
Cuando la costra se desprende de la herida es cuando se da por finalizado el proceso de cicatrización y cuando el cuero cabelludo recupera el aspecto anterior a la cirugía y los cabellos comienzan a crecer. ¿Cuánto dura este proceso? Suele durar de 7 a 15 días, dependiendo de la velocidad de cicatrización del paciente y de la cantidad de folículos capilares que se haya implantado.
Recomendaciones para las cicatrices tras un injerto capilar
Los injertos capilares son muy delicados. Es de suma importancia que el proceso local de cicatrización tras un injerto siga correctamente su curso para evitar el desprendimiento del pelo trasplantado.
No puedes lavarte la cabeza durante los tres primeros días después del implante y deberás aplicarte, cada 3 o 4 horas, un suero fisiológico o algún producto similar en spray sobre la zona en la que te han realizado los injertos de pelo.
A partir del cuarto día, ya podrás lavarte el pelo, pero con un gel o crema que te recomiende el médico. Lo más adecuado es mezclar agua y jabón en un recipiente grande y aplicarlo, con mucho cuidado, sobre el cuero cabelludo. Nunca rascar ni frotar, solo pequeños toques sobre la zona intervenida.
Durante los primeros días es importante no inclinar mucho la cabeza hacia delante porque favorece la aparición de un edema facial. Aún así, no es nada importante: lo que sí importa es dormir siguiendo las instrucciones médicas.
Evita el sol y no sumerjas la cabeza en el agua, evita bañarte en la playa o en la piscina. Tómate la medicación que te hayan recetado y evita los fármacos que contengan ácido acetil-salicílico (como la aspirina) porque favorecen las hemorragias y el sangrado en general